RESURGIR DE LA HERMANDAD

En la primera quincena del mes de abril del año 1961 un grupo de personas, animados por los hermanos Martínez Muñoz y su padre, Juan Martínez García, familia conocida en la localidad como “Los Enterraores”, decidieron engrandecer la Semana Santa de Totana con la incorporación de un nuevo paso, cuyo momento de la Pasión de Cristo debía hacer referencia a “El Prendimiento de Jesús en el Huerto de los Olivos y el Beso de Judas”, estaban recuperando una tradición que hacía ya varias décadas había desaparecido en la ciudad, pero que estuvo presente en ella desde mediados del siglo XVIII, comenzando entonces una evolución, organización y estructura digna de reconocimiento. Algunos miembros de la familia de “Los Enterraores” venían implicándose años atrás en la celebración nazarena al comprometerse en distintas hermandades de la ciudad. Juan Martínez García había sido presidente a finales de la década de 1940 de la Hermandad de la Negación. Sus hijos fueron igualmente directivos de ella. Asimismo, fue importante la responsabilidad de los hermanos Juan y José María Martínez Muñoz en los desfiles procesionales del paso de la Verónica en la década de 1950, ya que se encargaron de esta tarea durante varios años. Esta entrega a la Semana Santa de Totana los llevó a crear una Hermandad propia en donde fuese posible hacer realidad su personal contribución a las procesiones y para tratar de dar mayor esplendor a las mismas.

Ilusionados con este proyecto y con el apoyo de otros vecinos, entre los que se ha de destacar a Andrés Alcaraz López y a Juan Piernas Martínez, se dirigieron al párroco de Santiago, en ese momento, el presbítero Antonio Gómez Pellicer, con el fin de conocer su opinión y recabar su aprobación. Con la respuesta positiva del sacerdote comenzaron las diligencias para adquirir las imágenes necesarias a fin de componer el conjunto con el que participar en los desfiles procesionales. Se quería que el paso estuviese formado por un grupo de figuras, pues era sentir general que un conjunto concordaba más con el gusto de los vecinos de Totana. De este modo comenzaron su andadura, así como una tarea ardua y compleja en unos años todavía de dificultades y carestías, pero, a la vez, con la gran ilusión de dar vida a una nueva Hermandad.

De este modo, decidieron incorporarse al as tradicionales procesiones de Totana de la noche de Jueves Santo y mañana de Viernes Santo con el paso de “El Beso de Judas o Prendimiento”. Para la noche de Viernes Santo, en la procesión del Santo Entierro, participó también con un nuevo paso, “El Triunfo de la Santa Cruz”, compuesto por Ángel y en la mano una Cruz grande al a altura de éste.

Tras constituirse como cofradía con la denominación de “El Beso de Judas” y recabar la aprobación d las autoridades eclesiásticas y civiles se procedió a encargar las imágenes que debían componerlo a la casa comercial “El Arte Cristiano” de Olot en Gerona.

Paralelamente a este encargo se hubo de diseñar un programa de financiación del proyecto que se basaba básicamente en dos pilares, las cuotas de los hermanos, establecidas en esa fecha en la cantidad de “cinco pesetas mensuales”, y la venta de Lotería Nacional, con el compromiso de implicación de todos los componentes de la junta directiva para conseguir así los fondos necesarios y hacer frente a las importantes compras que se debían de realizar y a los gastos derivados de los desfiles procesionales, comprometiéndose, igualmente, en este último caso la junta directiva a correr a cargo con los mismos en caso de que la cofradía no dispusiera de fondos suficientes. De este modo la Cofradía de “El Beso de Judas o Prendimiento” se incorporó a los desfiles procesionales de la Semana Santa de Totana en el año 1962, presencia que se ha ido manteniendo y enriqueciendo en años sucesivos.